El polémico programa nuclear de Irán ha sido la mayor fuente de conflictos entre este país y Occidente.
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Foreign Policy

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Revelan que Irán intentó construir una bomba atómica hasta 2003

La revelación fue hecha por el Organismo Internacional de Energía Atómica, que además afirmó que abandonó sus intentos en 2009.

Irán, en contra de lo que siempre afirmó, buscó hasta 2003 la manera de construir una bomba nuclear, pero sus esfuerzos fueron poco más que teóricos y finalmente los abandonó en 2009.

Esta es la conclusión más llamativa de un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) publicado y que no ve indicios de que se haya desviado nunca material nuclear para fines militares.

En más de una década de investigación, la agencia nuclear nunca había expresado de forma tan rotunda que Irán buscó una bomba.

Irán siempre ha negado que hubiera tenido esas ambiciones y pese a la contundencia del OIEA, volvió a insistir en su versión.

El viceministro de Exteriores de Irán y negociador nuclear, Abás Araqchí, destacó que el informe confirma que el programa iraní nunca se desvió de sus fines pacíficos.

Con el informe "se dan por concluidas" las dudas y las "posibles dimensiones militares se dejan atrás", dijo Aragchi en Irán.

Pero el informe del OIEA apunta en otra dirección y "evalúa" que antes de 2003 ese país sí realizó una serie de actividades relevantes para el desarrollo de un dispositivo explosivo nuclear", al tiempo que señala que "no hay indicios" de que haya continuado más allá de 2009.

Los técnicos del OIEA, que han investigado el programa nuclear iraní durante más de doce años, aseguran además que estos intentos se produjeron "en el marco de un esfuerzo coordinado" y que algunas actividades ocurrieron también "después de 2003".

En todo caso, reconocen que "estas actividades no avanzaron más allá de estudios científicos y de viabilidad, y de la adquisición de ciertas competencias y capacidades técnicas relevantes".

La agencia nuclear de la ONU apunta en su informe de 15 páginas que no hay "indicios creíbles" sobre el desvío de material nuclear en relación con posibles dimensiones militares del programa iraní.

Tampoco hay evidencias de "un ciclo de combustible nuclear no declarado en Irán, más allá de las actividades declaradas a posteriori".

En cuanto al desarrollo de un tipo de detonadores especiales, la agencia evalúa que tienen "las características relevantes de un dispositivo explosivo", aunque matiza que se usan cada vez más para fines civiles y militares convencionales.

Irán había manifestado que éstos eran usados en su industria petrolífera y minera y no tenían ninguna finalidad militar.

Un importante punto de discordancia es la base militar de Parchín, donde hubo una "cámara de contención" en la que se sospecha que se hicieron experimentos nucleares con finalidad militar.

El OIEA asegura que las explicaciones facilitados por Irán sobre ese lugar se contradicen con las de sus expertos.

Además critica que las grandes obras de limpieza realizadas por Irán en esa base militar después de febrero de 2012 "socavaron seriamente" su capacidad para una "verificación efectiva".

Este informe es fundamental para que la Junta de Gobernadores del OIEA dé su visto bueno el 15 de diciembre a la puesta en marcha del histórico acuerdo atómico firmado en julio por Irán y seis grandes potencias (EEUU, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Alemania).

Según ese acuerdo, pactado en Viena, Irán se compromete a reducir y limitar parte de su programa nuclear durante entre 10 y 15 años, a cambio de levantar las sanciones que ahogan su economía.

Para que el tratado pueda entrar en vigor era necesario una evaluación final del OIEA sobre las posibles ambiciones militares pasadas de Irán.

El organismo investiga esas posibles vertientes militares desde 2011, cuando le llegaron alegaciones "creíbles" de agencias de inteligencias occidentales.

Irán había manifestado que el acuerdo y el levantamiento de las sanciones económicas y diplomáticas contra Irán podrían aplicarse a partir de enero si la Junta del OIEA daba su visto bueno.

El director del renombrado Instituto para Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS) en Washington y antiguo inspector de desarme del OIEA, David Albright, consideró que la agencia nuclear de la ONU no ha podido llegar a resultados concluyentes.

"La investigación del OIEA sobre las posibles dimensiones militares del programa nuclear de Irán no está concluida y con seguridad no puede ser cerrada", escribe en un primer análisis.

"La verdad es que el trabajo de Irán en armas nucleares es probablemente más extenso de lo expuesto por el OIEA en este informe", consideró el experto.

Un diplomático conocedor de la investigación iraní señaló a Efe en Viena que es de esperar que Irán "proteste" contra las conclusiones presentadas, aunque recordó que la única discrepancia entre las partes es el asunto de Parchín.

EFE

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